martes, 11 de diciembre de 2012


REGIONES DE CHILE.

I REGIÓN DE TARAPACÁ:




La I región de Tarapacá se ubica en el extremo norte de Chile, a una distancia aproximada de 2.000 kilómetros de Santiago, la capital. Cuenta con una superficie de 58.698 kilómetros cuadrados. Limita al norte con la creada región XV de Arica y Parinacota; al sur con la Segunda Región de Antofagasta; al oeste con las maravillosas costas del océano Pacífico, y al este con la zona altiplánica de Bolivia. El territorio lo con formas las provincias de Iquique y Tamarugal.
La principal característica regional es su condición desértica.
La I región se caracteriza por tener una variedad de cuatro climas; desértico costero, desértico de interior, desértico marginal de altura y estepa de altura, lo que otorga una belleza especial a la zona, por los diferentes paisajes y fauna que se pueden apreciar. Las tierras del norte son muy áridas; en la región existen sólo tres ríos de mayor caudal o rescatables: Lluta, Lauca y Loa. Estos aspectos determinan en algunos sectores una pequeña cantidad de especies, tanto de flora como fauna. Entre ellos, los más notables resultan los cactus, los arbustos y llaretas. Entre la fauna destacan los zorros y auquénidos, tales como vicuñas, llamas y guanacos.



II REGIÓN DE ANTOFAGASTA:








La región se extiende entre 20º 56´ y 26º 05´ de latitud Sur y desde 67º 00´ de longitud Oeste hasta el Océano Pacífico. La superficie, calculada por el Instituto Geográfico Militar, es de 126.049,1 kilómetros cuadrados.
Población
La región, según cifras del último censo de población (2002) registró un total de 493.984 habitantes; la densidad es de 3,9 habitantes por kilómetro cuadrado. Para el período 2000-2005, la tasa media estimada de crecimiento anual de la población en la región fue de 1,22 personas por cada 100 habitantes. 
Según información del INE, en el trimestre febrero-abril del 2002 había  21.630 personas desocupadas en la II región.
La tasa de desempleo en la II región, según el INE, llega al 7,8 por ciento en el mismo trimestre.
Descripción general
La Segunda Región o Región de Antofagasta se caracteriza por la aridez casi absoluta de sus terrenos, a excepción de la costa.
En esta región se establece en toda su magnitud el Desierto de Atacama, que nace más al norte, en la I región de Tarapacá, y que se extiende hasta de III región, que le otorga su nombre, Tarapacá.
Su capital, ubicada precisamente en la zona costera, es la ciudad de Antofagasta. Administrativamente, la Primera región se divide en tres provincias: Tocopilla, El Loa y Antofagasta. (Ver mapa Político)
En términos generales, sus características geográficas no varían mucho en relación con la Primera Región de Tarapacá.
Clima
El clima se caracteriza por ser desértico nuboso en algunos sectores, desértico normal y desértico marginal de altura en el altiplano.
El clima es desértico de altura, donde el efecto de la altura es el dominante sobre el clima: la temperatura es baja y el aire es seco. Las temperaturas mínimas diarias son en general inferiores a 0°C, pudiendo descender a valores por debajo de -10°C durante el invierno.
Además existe el clima desértico de altura templado que se desarrolla por el interior de quebradas de ríos, a excepción de los meses de invierno estacional, que son los más fríos del año. La zona está muy marcada por el invierno boliviano, con lluvias y tormentas eléctricas entre los meses de diciembre a marzo, cuando llegan las masas de aire húmedo provenientes de la selva amazónica.
Son tres los ríos que destacan por su caudal: el río Loa, el San Pedro y el Vilama.
La vegetación es principalmente xerófila; es decir, abundan especies como la llareta, amigas de la aridez. La fauna, al igual que en la Primera Región, se caracteriza por llamas, vicuñas y alpacas, entre otras.
Al noreste de la capital regional se ubica Calama, ciudad contigua a la minera cuprífera Chuquicamata y que es cruzada por el río Loa. Desde esta cuidad, viajando hacia el norte, en las alturas del altiplano chileno, se ubica el conocido internacionalmente poblado de San Pedro de Atacama. Durante la visita a este centro espiritual, como se le conoce, se encuentra el acceso a los Géyser del Tatio y el Valle de la Luna, más al sur, el poblado de Toconao. Al sudeste de Antofagasta, se ubica la mina productora de cobre más grande del mundo llamada Escondida, a los 3.100 metros de altura. En la zona límite este con Argentina, existen dos pasos fronterizos y el hito tripartito de Zapaleri.
En él se representa el punto de unión de tres naciones: Chile, Bolivia y Argentina. En esta región, también encontramos variadas salitreras abandonas, que muestran el resplandor económico de la minería en la explotación de otros elementos diferentes al cobre. Hacia el interior, destacan los llamados salares, el más extenso de ellos el Salar de Atacama. Existen también otros atractivos turísticos de gran importancia, que lejos de ser naturales, muestran el aspecto cultural de la zona, como son los museos arqueológicos e iglesias de connotado valor cultural.
Relieve
El relieve principal está compuesto por la Cordillera de los Andes, donde se distinguen el cordón andino propiamente tal, la precordillera y las fosas altiplánicas; Depresión Intermedia, representada en su mayor parte por el desierto de Atacama; Cordillera de la Costa, en su vertiente occidental se presenta alta y compacta, hacia el oriente desciende suavemente hasta unirse con la Depresión Intermedia; planicies litorales, muy angostas, que favorecen el asentamiento humano en las ciudades de Antofagasta, Tocopilla, Taltal y Mejillones.

Clima
Al igual que la región de Tarapacá, predomina el clima desértico con las variaciones de: desértico costero, desértico normal y desértico marginal de altura. Las condiciones climáticas en esta región son de una marcada aridez y escasez de agua. Esta situación unida a la escasa vegetación existente definen un paisaje natural conocido como el Desierto de Atacama. En el sector costero, el clima es agradable, con un efecto moderador producto de la influencia de la corriente de Humboldt.


III REGIÓN DE ATACAMA:







Flora
Hay bastante vegetación nativa, pero se concentra en la costa y la precordillera. En el resto de la región ha sido eliminada para reemplazarla por pinos.
Esta vegetación nativa forma bosques puros o acompañada de vegetación secundaria. Son los casos de la araucaria, el raulí, hualo, ciprés de la cordillera.
Hay, además, lengaavellanoroblelaurel, ulmo, tineo, linguecoigüelumamañíoboldoquillay e incluso ñirres, en la parte sur de la región.


Fauna
Se concentra en la provincia del Ñuble hacia la cordillera, en la provincia de Arauco hacia la costa y en el Parque Nahuelbuta.
Podemos mencionar entre los mamíferos al lobo de marpudúpuma, zorro culpeo, chingue, conejo, liebre, coipo. En tanto, en la precordillera de la provincia de Ñuble abundan las vizcachas y en la zona cordillerana se encuentra el huemul.
En cuanto a las aves hay codorniz, tórtola, choroycachaña, patos, perdiz, torcaza, bandurria, tucuquere, cahuil,  y gaviota franklin.
Otras especies que se ven hacia la cordillera de los Andes son el carpintero negro y el cóndor.
Capítulo aparte puede considerarse la flora y fauna exclusiva del Parque Nacional laguna del Laja.

IV REGIÓN DE COQUIMBO:


Agua y vegetación
Es en esta región donde el desierto queda definitivamente atrás, dando paso a un clima más benévolo con la vegetación. Más lluvias y ríos que corren durante todo el año, permiten un desarrollo vegetacional distinto en relación a las tres regiones ubicadas más al norte. (Ver Geografía física y clima de la IV región)
Así tenemos que la vegetación que presenta la región se conoce como estepa arbustiva abierta con predominio de la especie espino (Acacia Caven).
Habría más pero el mal manejo de los suelos, sobre todo con la crianza de cabras, ha provocado serios perjuicios a la vegetación. Las otras especies principales son: guayacán, espino, maitén, algarrobo, algarrobillo, boldo, quillay, pimiento.
La gran mayoría de estas especies no pueden ser utilizadas porque o están protegiendo suelos o se hallan en quebradas.
Estas características varían por factores climáticos y topográficos. Es así como podemos observar en las planicies litorales un matorral arbustivo costero poco denso con especies como cactáceas, espinos, y un tapiz herbáceo.
Luego, la abundante humedad que se presenta en la costa Sur de la bahía de Tongoy y al Norte del río Limarí permite la subsistencia de los bosques Fray Jorge y Altos del Talinay de categoría relictus (residual) del tipo selva valdiviana, con especies como olivillo, arrayán, canelo, boldos, peumos y litres.
Al interior de la región, específicamente al norte de La Serena, se presenta una Estepa abierta de acacia caven, baja, dispersa y asociadas a cactáceas y hierbas anuales; hacia el sur aparecen especies mesófilas como boldo, peumo, chañar, molle y algarrobo.
En los cordones montañosos típicos de esta zona (valles transversales) se presenta un matorral abierto andino entre aproximadamente los 1.000 y 2.000 metros sobre el nivel del mar de características bajas, cubierta de hierbas y arbustos muy dispersos con especies como el guayacán y baccharis.
Por sobre los 2.000 m. se presentan especies xerófitas adaptadas especialmente a climas de altura como festucas, stipas y arbustos pequeños.
La cuarta región de Coquimbo presenta tres importantes ríos: Elqui, Limarí y Choapa, todos ellos nacen en la Cordillera de los Andes y desembocan en el mar.
El río Elqui que posee una hoya hidrográfica de 9.651 km2, un caudal de 7,13 m3/s y un régimen de alimentación mixta. Sus principales tributarios, en época de deshielo, son el río Turbio y Claro. Sus aguas son aprovechadas principalmente en el regadío del valle del Elqui y para consumo humano de las principales ciudades de la región, La Serena, Coquimbo y Vicuña.
En la parte central de la región, también en la Cordillera de los Andes, nace el río Limarí que posee numerosos tributarios dentro de los cuales están los ríos Hurtado, Grande y Guatulame. Posee una hoya hidrográfica de 11.760 km2 con un caudal de 7,34 m3/s. Destacan en su estructura la regulación de sus aguas por los embalses de Recoleta, La Paloma y Cogotí, éstas se utilizan para el riego de los cultivos que se desarrollan en los valles y en la producción de hidroenergía en la Central Los Molles.
Luego, hacia el sur de la región se encuentra ubicado el río Choapa que tiene su nacimiento aproximadamente los 1.000 metros sobre el nivel del mar en la Cordillera de los Andes, presenta una hoya hidrográfica de 8.124 km2 con un caudal de 8,73 m3/s y con un régimen de alimentación mixta. Los ríos Tocornal e Illapel son sus principales tributarios.
En la región no existen lagos, pero sí cuenta con importantes embalses: La Laguna con 40 millones de m3, Recoleta con 100 millones de m3, Cogotí con 150 millones de m3 y La Paloma con 740 millones de m3. (Ver Embalses en la IV región).
También la zona cuenta con fuentes termales, como El Toro, El Pangue y Socos.
Flora
La zona muestra formaciones representativas como las catáceas litorales y el jaral o matorral. En dichas formaciones aparecen como más representativas de plantas el chagual (Puya chilensis), guillave (Eulichnia spinibarbis), vautro (Baccharis concava) y el algarrobo (Prosopis chilensis).


A diferencia de la Región de Tarapacá, en Coquimbo, y al igual que en la segunda y tercera Región, no existe bosque nativo de ninguna especie, producto de la depredación del mismo. Cabe destacar que a la llegada de los españoles a estas tierras existían grandes extensiones de bosques hasta la cuenca del río Copiapó, pero la acción depredadora del hombre terminó con ellos, quedando, para las generaciones actuales algunos vestigios en las plazas ubicadas en la cordillera de la costa tales como Fray Jorge y Altos del Talinay.
Fauna
Los animales más representativos de la región son el zorro culpeo (Dusicyon culpaeus), la chilla (Dusicyon griseus), la yaca (marmosa elegans) y la diuca (Diuca diuca).
Respecto a los animales vertebrados en general, un estudio llevado a cabo por la Comisión Nacional de Diversidad Biológica y llamado "Diversidad Biológica de Chile" estableció que existen varias especies de animales y aves endémicas de nuestro país. Así, la investigación estableció que en la Cuarta Región existen:
·        5 tipos de anfibios de los cuales 3 son endémicos
·        20 tipos de reptiles, siendo 15 endémicos
·        212 aves, 4 endémicas
·        32 tipos de mamíferos terrestres, siendo 6 endémicos
Otros estudios muestran la cantidad de especies con problemas de conservación. Dichos documentos se encuentran disponibles de CONAF bajo los títulos "Libro rojo de la flora terrestre de Chile" de Benoit, I de 1989 y "Libro rojo de los vertebrados terrestres de Chile de Glade A.A. editado en nuestro país en 1988.
De estos textos se desprende que en la Cuarta Región hay un total de 97 especies en peligro de conservación, desglosándose esta estadística en 22 plantas, 17 mamíferos, 33 aves, 11 reptiles, 4 anfibios y 10 peces.
Fauna en extinción
En líneas generales, la fauna regional se considera pobre, pese a que hay especies como la chinchilla, que no existen en otros lugares. La chinchilla, el guanaco y la bandurria son animales catalogados como en peligro de extinción.
El guanaco  se encuentra a lo largo de todo el país, y sólo en la zona austral se encuentra vulnerable, en el resto del país tiene la categoría de peligro en extinción.
Bandurria común: se encuentra en peligro de extinción sólo en la zona norte, en la zona centro y sur se encuentra catalogada como especie vulnerable y en la zona austral está fuera de peligro.

V REGIÓN DE VASLPARAÍSO:



Formaciones representativas
Plantas representativas
Animales representativos
Jaral o matorral
Chagual (Puya chilensis)
Cóndor (Vultur gryphus)
Bosque esclerófilo
Algarrobo (Prosopis chilensis)
Zorro culpeo (Dusicyon culpaeus
Matorral esclerófilo
Litre (Lithrae caustica)
Quique (Galactis cuja)

Belloto (Bielschmedia miersii)
Huairavo (Nycticorax nycticorax)
Fuente: Manual de Geografía de Chile, Varios Autores, Coordinación: Ana María Errázuriz K. Editorial Andrés Bello. 2000. Tercera Edición.
En un balance Hídrico de Chile realizado por la Dirección General de Aguas (DGA) en 1987 se catalogaron los principales ecosistemas dulceacuícolas de la región.
Estos son:
Cuenca
Superficie en Km2
Precipitación media
m3/s
mm/año
Entre río Aconcagua y río Aconcagua en Chacabuquito
7.575
127,0
529,0
Entre río Maipo y Estero Arrayán en la Montosa
15.157
319,0
663,0
Fuente: Balance Hídrico de Chile, Dirección General de Aguas, 1987.
En la región de Valparaíso existen 95 mil hectáreas de bosque nativo conocido como renoval con especies tales como palma chilena y algunos reductos con Alerce.







Recursos Forestales

Belloto

Ciprés de la Cordillera

Lingue

Maitén

Canelo
Bosque Nativo
Boldo

Palma Chilena

Peumo

Arrayán

Quillay

Roble

Luego, respecto a los animales vertebrados, un estudio llevado a cabo por la Comisión Nacional de Diversidad Biológica y llamado "Diversidad Biológica de Chile" estableció que existen varias especies de animales y aves endémicas de nuestro país. Así, la investigación estableció que en la Quinta Región existen:
·        6 tipos de anfibios de los cuales 3 son endémicos
·        17 tipos de reptiles, siendo 12 endémicos
·        239 aves, 6 endémicas
·        32 tipos de mamíferos terrestres, siendo 6 endémicos
Otros estudios muestran la cantidad de especies con problemas de conservación. Dichos documentos se encuentran disponibles de CONAF bajo los títulos "Libro rojo de la flora terrestre de Chile" de Benoit, I de 1989 y "Libro rojo de los vertebrados terrestres de Chile de Glade A.A. editado en nuestro país en 1988.
De estos textos se desprende que en la Quinta Región hay un total de 128 especies en peligro de conservación, desglosándose esta estadística en 26 plantas, 20 mamíferos, 48 aves, 14 reptiles, 4 anfibios y 16 peces.
Flora y Fauna de islas Juan Fernández
Entre las aves destacan el picaflor rojo o collorado, el rayadito. Los mamíferos de Juan Fernández son en su mayoría especies introducidas como la cabra, conejo, ratas; es posible encontrar también mamíferos marinos como el lobo de dos pelos y el elefante marino. En las pequeñas bahías, manadas de lobos marinos y comunidades de aves marinas (fardelas) viven sin temor al hombre.


El único mamífero autóctono de las Islas es el lobo marino de dos pelos (Nombre científico: ARCTOCEPHALUS PHILIPPI), que fue explotado irracionalmente en el siglo XIX por buques loberos norteamericanos.
Estos animales son fácilmente observables en los roqueríos cerca del muelle del aeródromo los que gracias a la protección de Conaf, se reproducen nuevamente con gran regocijo.
Además del Lobo marino de dos pelos, aparecen de vez en cuando diferentes tipos de cetáceos, en especial los Delfines de "Nariz de Botella", que son muy comunes en estas aguas.

En cuanto a la fauna terrestre, solamente existe un ejemplar de fauna autóctona, que es un picaflor colorado muy bonito y llamativo, antiguamente fácil de observar, y hoy casi extinto gracias los animales introducidos, como las ratas, los coatíes (De la familia de los mapaches, Racoons norteamericanos), los gatos y los perros.
Obviamente no se puede dejar de hablar acerca de las cabras y los conejos, que fueron introducidos por el mismo Juan Fernández, en su intento por colonizar la isla, y que por carecer de enemigos naturales se han multiplicado de manera alarmante, causando un gran daño a la Isla.
El mar que rodea a Juan Fernández, de gran atractivo para la pesca y deportes submarinos, es considerablemente más cálido y transparente que aquel del litoral continental, por encontrarse el Archipiélago fuera de la corriente de Humboldt.
Además de la tradicional langosta, existe una gran variedad de peces: vidriola, pez volador, modema, bacalao, salmón de roca, pampanitos.
Pero, sin duda el animal más conocido de estas Islas es la famosa Langosta de Juan Fernández (Nombre científico: JASUS FRONTALIS).
Este crustáceo es el sostén de esta aislada comunidad, y es comercializado en el continente.

Se puede decir que gracias a la langosta, la gente sabe que estas islas existen y son conocidas.
Si desea saber más acerca de esta especie le recomiendo visitar la Página de la Subsecretaría de Pesca, que tiene una detallada descripción de esta especie.
No hay que ir a Robinson Crusoe con ideas preconcebidas, salvo una sola: encontrarse con un escenario único de gran belleza.
Si uno piensa que va a llegar a un lugar invadido por una vegetación nativa exuberante, se va a desilusionar, ya que sólo un tercio de esta isla subtropical templada de 47 km2 está cubierta de vegetación, el resto es un desierto de origen volcánico.

Cerca del pueblo de San Juan Bautista (el único lugar poblado de la isla) se han hecho plantaciones de eucaliptos y de pinos, la intrusa zarzamora y los maquis se meten por todos los rincones, ya no queda un solo ejemplar de sándalo, un árbol de madera fragante otrora muy considerada, y los pocos ejemplares que se mantienen en pie de la palmera chonta, hay que admirarlos desde lejos.
A pesar de estas desilusiones, el viaje a la isla se justifica plenamente. Siempre quedan restos de la vegetación original, que en sectores inaccesibles se mantiene en todo su esplendor, además de los helechos propios de Juan Fernández, crecen con profusión el ampe y la costilla de vaca, los helechos más comunes del Sur de Chile.
Otros ejemplares de nuestros bosques que también se encuentran en la isla son: la nalca o pangue de grandes hojas, la luma, el ciprés, el laurel, etc.
Se supone que los pájaros y el viento se encargaron de transportar las semillas y las esporas.
Desde la Polinesia llegó el sándalo, hoy casi extinguido por el hombre, pero que gracias a una iniciativa del Ex Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Merino, Conaf está tratando de reintroducirlos con unos ejemplares traídos desde la India por el Buque Escuela Esmeralda.
En general la flora destaca por ser en un gran porcentaje autóctona y exclusiva del lugar, tal es el caso de: palma chonta, naranjillo, canelo y manzano de Juan Fernández, michay, murtilla, sándalo (casi extinguido, como dedíamos) y diversos helechos tanto arbóreos como trepadores.

Isla de Pascua – Rapa Nui
La vegetación de la isla es escasa y dominada por praderas relativamente densas.
La flora nativa se encuentra concentrada principalmente en el cráter del volcán Rano Kau, donde se puede observar algunas especies que en lengua nativa se denominan: mako i, mahute, noa oho, hau-hau y algunos helechos.
En algunos lugares existen árboles de toromiro (sophora toromiro), especie endémica naturalizada y extinguida desde el año 1962 en la isla.
La fauna de la isla está compuesta por mamíferos introducidos y aves terrestres tales como el tiuque, gorrión, diuca, perdiz (vi-vi) y aves  domésticas (mao-gallina), esta última traída por el rey Hotu Matua.
Entre las aves marinas que vienen o llegan a anidar en ciertas estaciones a los acantilados o islotes (motu), se pueden mencionar al makohe, kena sula dactylatra, kima, el manutara, este último asociado al culto del hombre pájaro.
Su fauna marina es variada y múltiple, aportando un importante recurso de consumo y artesanía. Existen alrededor de 126 especies de peces. Se pueden degustar exquisitas langostas, junto a exóticos productos del mar.
Parque Nacional La Campana

Se ubica a 32 kms. al sureste de Quillota. Este Parque Nacional ostenta desde 1977 la categoría de Reserva Nacional de la Biósfera, calificación otorgada por la Unesco dado que constituye un patrimonio científico de la tierra.
En la zona se encuentra el bosque de palma chilena, bosquetes de robles y el bosque esclerófilo, en los cuales destaca el boldo, el canelo, el quillay y el peumo entre otras especies nativas.
Al interior de este parque se puede observar al exótico zorro culpeo, la viscacha, el quique, los cuales pueden ser vistos sólo ocasionalmente por los visitantes del parque.
Las aves, en tanto, son fáciles de encontrar, destacándose el águila, la lechuza blanca y el picaflor gigante.
Destaca en su vegetación la palma chilena que se encuentra en el sector de Ocoa. Entre las aves se encuentran: la perdiz, el aguilucho, las lechuzas, picaflores, zorzales, etc.

VI REGÓN LIBERTADOR GENERAL BERNARDO O HIGGINS:




La VI región se inscribe en la zona central, donde las condiciones climáticas presentan características mediterráneas y por tanto su cubierta vegetacional es del mismo tipo.

En esta región aumentan las formaciones vegetales respecto al norte, mostrando gran colorido y diversidad, tanto en la Cordillera de la Costa, como en la Cordillera de los Andes y especialmente en el valle.
Ambas cordilleras han contribuído a delimitar en forma natural el territorio de Chile, factor que favorece la notable individualidad de su flora. Se encuentran especies restringidas exclusivamente a nuestro país, como sería la Lucuma queule, actualmente en peligro de extinción.
Se trata de un árbol perenne de hasta 20 metros de altura, distribuído actualmente en las provincias de Cauquenes, Concepción y Arauco.
Su fruto es comestible y su madera es de muy buena calidad, por lo que fue aprovechado intensamente desde la época prehispana.
Esta especie se considera como exponente de las plantas arcaicas de la flora chilena, entre las que también se cuenta el árbol sagrado del pueblo mapuche: el canelo.
Esta especie está presente en esta región, en algunas quebradas de la Cordillera de la Costa y en la Cordillera de los Andes bajo los 1.500 metros de altura.
Especies de la flora autóctona

La flora prehispana estaba compuesta por especies nativas arbórea, arbustiva, herbácea, de uso alimenticio como peumo, boldo, molle, roble, culén, espino, arrayán, araucaria, palma chilena, michay, litre, maqui, chagual, madi, coile, quila, etc.; especies nativas de uso forrajero como quila, maitén, coirón, etc.; especies nativas de uso artesanal y doméstico como quillay, lingue, chilca, sauce chileno, bollén, colliguay, patagua, belloto, coihue, ciprés de cordillera, trevo o tebo, totora, roble, canelo, el yaquil o crucero, y de uso medicinal y/o ritual como quinchamalí, orocoipo, bailahuén, corontillo o ñipa, paico, tabaco, canelo, pangue o nalca, matico o palguín, pichi o romero, etc.

La palma chilena, una de las dos especies indígenas de nuestro territorio -que además de su importancia botánica, significó un recurso alimenticio recurrente y relevante de las poblaciones pre y post hispanas-, es un claro ejemplo de cómo el hombre, con un manejo inadecuado puede atentar contra la supervivencia de una especie.
Esta especie, que pobló intensamente el territorio de Chile Central, está reducida en la actualidad al Parque Nacional de La Campana, en el valle de Ocoa (Región de Valparaíso), y a las Palmas de Cocalán, en la comuna de Las Cabras (Región de O’Higgins). En estos parques es donde se encuentra el mayor número de ejemplares.
En menor cantidad, pero en el mismo rango de importancia, aún es posible apreciarlas en algunos sectores del Secano costero de nuestra región, como Lolol, Chépica y San Pedro de Alcántara.
La grave disminución sufrida por esta especie, se puede hacer extensiva a otras que pueblan el territorio nacional, especialmente a aquellas nativas de la zona central.

Debido a la intensa ocupación humana desde épocas tempranas, tanto en el valle como la Cordillera de la Costa, sus bosques nativos fueron arrasados, influyendo también la intensa actividad agrícola en ellos desarrollada.
En épocas posteriores, los incendios forestales que han afectado a las reservas de la cordillera de los Andes, han significado la destrucción y pérdida de un patrimonio natural irrecuperable.
Es por esto que existen en la región del Libertador O’Higgins, sólo algunos sectores en quebradas de la Cordillera de la Costa, cerros aislados en el valle central y en la Cordillera delos Andes, donde aún se aprecia el bosque esclerófilo, arbustos, plantas perennes, hierbas anuales, especies autóctonas que algún día poblaban nuestros territorios.
El uso que del recurso botánico ha hecho el ser humano a través del tiempo, es variado.
De las especies mencionadas, algunas permanecen sólo como bosques relictuales (roble blanco, ciprés de cordillera), en lugares como Roblería de Alto Huemul en la cordillera de San Fernando y Roblería de la Cordillera de la Costa en sectores de Chancón y Doñihue, provincia de Cachapoal.
 Hay bosques de ciprés de cordillera en diversas áreas de la cordillera andina de Rancagua y San Fernando. Otras se encuentran en franca extinción (belloto, araucaria, coigüe).
De las especies introducidas en el período postconquista, tienen especial relevancia entre otras: la vid, el trigo, cebada, la zarzamora, manzanos, cerezos, higueras, el álamo, etc.
Gran importancia revistió la introducción de la vid que ingresa a nuestro territorio con la llegada de Pedro de Valdivia, por ser indispensable para la celebración de la Santa Misa.



Asociado con esta vegetación y en equilibrio con ella se encontraba en época prehispana, una fauna propia de cada ecosistema.
Cuando el hombre dejó de depender en forma exclusiva de los recursos naturales, desarrollando la actividad agrícola y ganadera, se rompió este equilibrio, proliferando algunas especies en detrimento de otras.
La desaparición de especies vegetales, significó también la pérdida o migración de especies animales.
La introducción de especies animales europeas, con la llegada de los españoles, significó también alterar el equilibrio natural existente.
De los animales nativos de la región, el puma, el cóndor y los loros tricahues, se encuentran en peligro de extinción. Esta región alberga en la reserva Cipreses y en el Cajón del río Azufre al mayor número de tricahues silvestres que aún existen.
Con el español llegaron a nuestro país especies animales que tienen una gran relevancia económica: vacunos, caballares, ovinos, caprinos, mulares, porcinos, además de peces y aves, pero que contribuyeron a dañar seriamente el equilibrio ecológico, que aparentemente había logrado mantener el hombre prehispano.
Fauna nativa
El recurso animal prehispano era variado y numeroso.
En cuanto a la fauna, en la zona costera aún quedan lobos marinos de un pelo, además de nutrias o chungungos (hoy casi extintos); peces y moluscos como corvinas de agua dulce, ostión (ambos extintos), merluzas, lisa, pejerrey de mar y de río, trucha; más al interior hay quiques, conejos, liebres, coipos, ratones, chillas, guiñas, chingues y guanacos (que actualmente se encuentran sólo en la cordillera de los Andes). Entre las aves pueden encontrarse garzas, garzas chicas, huairavos, gallinas ciegas, gaviotas, picaflor, pilpilenes, loicas, becacinas, etc. También hay golondrinas, perdicillas, piqueros, pollitos de mar, fardelas y petreles. Entre los rapaces hay águilas, nucos y bailarines.




En el valle y hacia el interior de la cordillera, la fauna presentaba características propias. Además de algunas de estas especies como el guanaco, se encuentran vizcachas, culpeos, pumas, gato montés, quiques, piuquenes, cóndores, águilas, tórtolas, lechuzas, perdices cordilleranas, patos cortacorrientes, gallinas, queltehues, loros tricahues, jotes, tiuques, golondrinas, patos, queltehues, chincoles, zorzales, chillas, gatos salvajes, tórtolas, peucos, zorros, vizcachas, cernícalos, insectos y arácnidos de todo tipo y tamaño, amén deespecies introducidas como ratones y conejos. También hay ranas chilenas, lagartos, sapos de rulo y culebras.
En épocas previas y contemporáneas a los primeros hombres -paleoindios- que poblaron la región, los cambios en el medio ambiente se produjeron exclusivamente por causas naturales, entre los que se registran cataclismos, cambios climáticos, alteraciones geológicas, inundaciones, sequías, etc..
La megafauna compuesta por mastodontes, ciervos de los pantanos, caballos americanos, paleolamas, que en esta región estuvieron presentes en lugares como Tagua-Tagua, Paredones, Marchigüe, Navidad, se extinguieron por causas diversas, entre ellas alteraciones climáticas, que junto con modificar la temperatura, acarrearon cambios en la cubierta vegetacional.

VII REGIÓN DEL MAULE:




Flora
En esta VII región comienzan a disminuir los bosques esclerófilos (típicos de la V región, Región Metropolitana y VI región).
Subsisten aún la estepa de espinos, el peumo, el quillay, el boldo, el maitén y el lingue. Y aumentan el hualo y el roble.
Además existen el ciprés de la cordillera, coigüe, laurel, raulí y una especie propia del lugar: el ruil. El uso principal de estos árboles es la producción de madera y la protección del suelo.
Ruil

Ruil, especie única en el mundo, Nothofagus alessandrii, un árbol endémico de la VII región, es la única especie vegetal en Chile en peligro de extinción que forma bosques puros o mixtos, considerándose todo el ecosistema en estado de vulnerabilidad.
Distribución y Hábitat
El ruil es endémico de la cordillera de la Costa de Chile, entre Talca y Cauquenes (VII región). Habita en lugares húmedos ricos en materia orgánica, generalmente formando bosquetes puros. Presente en el Tipo Forestal roble-hualo.
Descripción
Árbol monoico, caducifolio, de hasta 30 metros  de altura y uno de diámetro. Tronco recto y cilíndrico, generalmente con protuberancias. Corteza agrietada irregularmente, de color  gris clara.
Siendo la especie del género Nothofagus con las características más ancestrales del continente y constituyendo un ecosistema que presenta especies de origen tropical y antártico, resulta paradójico que hoy en día sólo queden 45 hectáreas protegidas en calidad de Reserva Natural, administrada por Conaf.
De no existir los esfuerzos para su conservación, este valioso ecosistema -con una de las especies más importantes de la flora chilena-, simplemente desaparecerá.


Con el fin de desarrollar un programa de investigación, educación y conservación del ecosistema de Ruil, Fundación Ayacara espera sumar esfuerzos para adquirir alrededor de 100 hectáreas de este ecosistema para su protección.
Fauna
Es abundante y se concentra principalmente en la precordillera, en los suelos agrícolas y en la laguna de Torca, santuario natural, ubicado en la costa de Curicó.
Entre los animales se encuentran: lobo de mar, pudú, puma, zorro culpeo, conejo, liebre, vizcacha y coipo.

Entre las aves más comunes están: codorniz, pato, choroy, cachaña, perdiz, tórtola, cisne de cuello negro, cóndor, carpintero negro, cuervo de pantano. Los cisnes y los cuervos se encuentran en la laguna de Torca.




VIII REGIÓN BIO-BIO:


La Región del Biobío presenta dos grandes hoyas hidrográficas; la del Río Itata y la del Río Biobío ambos nacidos en la cordillera de Los Andes.
La hoya hidrográfica del Río Itata alcanza una superficie de 11.100 km2 y esta formada por dos cursos principales de agua: los ríos Ñuble e Itata. Posee una longitud de 180 km incluyendo dos ríos formativos, el Cholguán y Huépil. Su régimen es mixto, ya que los principales afluentes nacen en la Cordillera y Precordillera de Los Andes adquiriendo su aporte de los deshielos primaverales, además del aporte hecho por las precipitaciones invernales. Este río cruza el Valle Longitudinal donde en su entrada presenta un gran salto de agua que muestra el desnivel del terreno.
En su parte inferior, su principal afluente es el Río Lonquén, que drena el sector cordillerano costero norte. En total el río riega una superficie de más de 100.000 ha de suelos agrícolas y su caudal medio en la desembocadura es de 140m3/seg.
La gran característica del Río Biobío es que posee una de las cuencas más extensas del país con 24.029 km2; es de régimen mixto con crecidas en invierno - primavera y su longitud alcanza a los 380 km. Nace en la Cordillera de Los Andes en la región de la Araucanía, siendo el desaguadero de dos lagos cordilleranos: Icalma y Galletué. En su curso medio recibe el aporte de Duqueco y Bureo. En el paso por el Valle Longitudinal, el Río Biobío cambia de curso al encontrarse con la Cordillera de la Costa y en la confluencia con el río Vergara vuelve a su curso normal. En la costa el río recibe al Río Laja, su mayor afluente con un caudal medio de 173m3/seg y desemboca en el Río Biobío. En el curso inferior, desde la ciudad de Concepción, el río cambia de dirección para desembocar en el mar al sur de los cerros de Hualpén.
Las dos grandes hoyas hidrográficas son las de los ríos Biobío y el Laja, los cuales permiten cubrir con riego una superficie de 100.000 ha de terrenos cultivables, además las aguas de estos ríos son utilizadas para la generación de energía por medio de las centrales Abanico de 136.000kw de potencia, Central El Toro de 400.000kw, Central Antuco con 300.000kw; y para el uso de humano de las grandes ciudades de la región. Además existen hoyas hidrográficas menores como la del Río Andalién que posee una superficie de 780km2 con un caudal de 10m3/seg.


La vegetación natural a partir de ésta Región hacia el sur se inicia el paisaje de parques que se caracteriza por praderas de pastos y arbustos alternados con bosques, que se desarrollan especialmente a lo largo de los cursos de  agua.

Las especies más representativas, desde la costa al interior son Chaguales y Docas y algunos arbustos como: Maqui, Mutilla y Culén. Existen también en los lugares húmedos al interior de  los bosques un tapiz denso de Helechos, Frutillas silvestres y también el llamado Pasto Dulce.
Entre los arbustos autóctonos muy explotados hay Robles, Lingues, Laureles, Boldos y Avellanos. En la Cordillera de Nahuelbuta el Copihue puede encontrarse entre Canelos y Arrayanes.
En la Cordillera Andina, se encuentran algunos bosques de Ciprés, Araucarias, Maitén del Chubut y Radal enano, además de la Maihuencia, Cactácea considerada como exclusiva  de la zona andina de la Región.

FAUNA





La fauna de la región posee como especies características el Sapo de Rayas Amarillas, Cisne de Cuello Negro, Pudú, Puma, Monito del Monte, Guiña, Coipo.
Entre las aves representativas de la Región están: Gaviota Dominicana, Gaviota de Franklin, Pelícano, Terrible, Chincol, Carpintero.
Otras especies de fauna nativa son: Sapito de Cuatro Ojos, Zorro Chilote, Yaca, Lagarto de Corbata, Culebra de Cola Corta, Ratón Topo.
La fauna presente en ambientes en vegetación, es muy abundante, diversa y con un alto nivel de endemismo.
Es así como podemos encontrar una fauna adaptada a los matorrales espinosos como es el caso del Chingue, Zorro Culpeo y numerosos roedores. En los bosques húmedos templados de esta zona, encontramos mamíferos, como el Puma, Guiña, Pudú, Huemul, Vizcacha, Zorro Gris y Guanaco, entre otros.
Asociada al ecosistema de la araucaria, es posible encontrar a las Cachañas, una especie de loro que se alimenta de sus frutos. En los lugares donde hay corrientes continuas de agua, habita el Pato Correntino o cortacorrientes, ave que se caracteriza por ser muy veloz y excelente nadador.
Las aves constituyen la principal población en el Parque Nacional Laguna del Laja, con 47 especies entre las que podemos mencionar avecillas, patos, rapaces y búhos. De especial interés son la Bandurria y el Cóndor, considerados como vulnerables a la extinción. También se puede observar la Perdicita Cordillerana y la Gaviota Andina, clasificadas como raras.
La población de mamíferos es escasa, destacándose la vizcacha; otras especies son el puma, los zorros culpeo y la chinchilla.
La fauna en la Reserva Nacional Isla Mocha esta representada por 102 especies de aves. Destaca la Fardela, Gaviotín, Cuervo del Pantano, Chucao, Bandurria. Otros representantes de la fauna, está el Lobo Marino y los Pingüinos.
En la Reserva Nacional Los Huemueles de Niclito se observa Viscacha, gato colo colo, güiña, puma, quique, zorro, chingue y ratón lanudo entre otros. En las aves destaca el cóndor, peuquito, torcaza y choroy.
La fauna en la Reserva Nacional Ralco está constituida por el zorro, puma, bandurria, cóndor, piuquén, carpintero negro.


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